El vaporizador se caracteriza por generar vapor. Trabaja con agua a la temperatura de saturación de modo que toda la energía absorbida se transforma en calor latente de vaporización. A la salida del equipo el agua sale con un titulo de vapor inferior al 0,25.
Existen dos tipos de vaporizadores:
La circulación forzada implica el uso de bombas de recirculación que sirven para vencer la pérdida de carga del vaporizador y mover el agua saturada.
La circulación natural consiste en que el agua circula a través del equipo por la diferencia de densidad entre el líquido a la entrada y el líquido a la salida. Para ello los tubos se disponen de forma vertical en un solo paso.